La ronda de los dieciseisavos de final llegó a su conclusión en el Memorial Antton Pebet Santio txapelketa de Villabona.
Elizalde el mejor de los cuatro
Es curioso pero a veces suele ocurrir que el mejor del festival fuera uno de los pelotaris que había perdido. Se trata de Ugaitz Elizalde (Zugarralde) que pese a perder estuvo a un nivel muy alto. Se le notó suelto desde el principio y con mucha chispa. Pese a ello junto a Gurrea (Larraun) perdieron contra los hermanos Lizeaga (Mundarro) por 22-19. Elizalde fue el gran protagonista del partido pudiendo volver locos a los dos familiares con el delantero Eñaut estando bastante descolocado y con problemas para salir de esas trampas que le provocaba Ugaitz.
A Ekain no se le estaba viendo tan suelto como en las últimas fechas y además de no gozar de su mejor día estaban teniendo a un delantero oponente que les estaba generando dudas. Sin embargo, Gurrea no tuvo la mejor tarde. Por momentos se le veía escondiendo esa derecha donde no estaba cómodo y no encontró control a la hora de dirigir. Eso provocó en que cayeran muchos errores y que las opciones de luchar por el triunfo se fueran marchando pese a llegar con opciones a ese desenlace. Eñaut Lizeaga en esos últimos tantos, jugó uno de los mejores forzando atrás y terminando con un gancho generando algo de confianza. Sin embargo, con muchas dificultades pudieron sacar adelante el partido para estar en la ronda de los octavos.
Labaka y Erasun adelante
En el segundo partido Eneko Labaka (Aurrera Tolosa) y Jon Erasun (Behar Zana) ganaron con un 22-9 a Adur Etxezarreta y Mikel Aranguren (Eple). Eneko y Jon se marcharon desde el principio. Etxezarreta quería poner ese ritmo que tanto le gusta poner pero la pelota de los oponente no tenía tanta salida de suelo y con la muñeca y calidad que tiene el de Albiztur le forzó en tener que correr mucho. Aun así, pudieron ir metiéndose en el partido con una buena versión de Mikel donde forzaron más a Erasun y Etxezarreta acertó en definiciones con ese nuevo material que habían sacado.
Llegaron a igualar la cita y parecía haber partido. Sin embargo, Eneko y Jon se volvieron a marchar. Aranguren no estuvo cómodo. A veces atropellado por la pelota y sin poderse colocar bien, no estaba gozando y las sensaciones iban a ser cada vez peores. Aquello provocaba a que Labaka entrara mucho en juego y mantuvo la cita dentro de los recovecos que le interesaban. Los donostiarras que se encuentran en el club de Errenteria no pudieron tener un seguimiento como en el inicio y no pudieron forzar a los rivales. Uno a uno iban cayendo los tantos para Eneko y un Jon que quitando esos primeros tantos, no se iba a ver muy forzado. Adur y Mikel se quedaron con esas ganas de que podían haber dado algo más y que en esos tantos vieron las opciones de poder luchar por el partido, pero no fue la tarde adecuada.





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